Guía práctica
En ocasiones ejercemos la docencia de manera solitaria, pues tenemos pocos espacios para compartir con otros nuestras inquietudes y buscar soluciones a los distintos problemas que enfrentamos en el aula.
Por ello, la herramienta que ofrecemos aquí busca orientar la reflexión para entender los retos y dificultades de nuestra labor educativa. A partir de la reflexión podemos dialogar con otros profesores sobre las habilidades didácticas adquiridas con la experiencia, así como sobre nuestros esfuerzos para prepararnos continuamente. La reflexión nos permite identificar lo que podemos mejorar de nuestra práctica educativa y propiciar los aprendizajes que aún no logran nuestros alumnos.
Últimamente se ha asociado a la evaluación con la calificación o la descalificación de lo que hacemos, sin embargo, su mayor utilidad es que sirve para tomar decisiones sobre los cambios que requiere nuestro quehacer educativo. Por ello, proponemos la autoevaluación como una estrategia para hacer elecciones que nos permitan mejorar nuestra práctica docente.
La autoevaluación es un ejercicio de reflexión acerca de uno mismo; de los conocimientos, las capacidades, las potencialidades y las necesidades de nuestra actividad en el contexto en que nos ubicamos (Correa y Rueda Beltrán, 2012). También, es una práctica que promueve la autocrítica, así como el desarrollo personal y profesional, a fin de propiciar la formación continua (Smitter, 2008).
Por ello, los resultados de dicha autoevaluación pueden servirle para identificar aspectos específicos en los que debe seguir trabajando, sin consecuencias administrativas o laborales. Finalmente, siéntase con la libertad de participar en el ejercicio que le proponemos, y de compartir con otros sus logros y retos, con la certeza de que con ello contribuye al logro de los propósitos educativos.
Debes ser identificado introducir un comentario.